Castellar, noble ciudad engalanada para recibir de muy buen agrado sus fiestas. Los incesantes comentarios en céntricos lugares de paseo se convierten en inquietantes monólogos vociferados por algunas bocas insatisfechas a causa de diferentes motivos solapados y, a menudo, no descritos por intereses superfluos.
Los grandes “reconocimientos” sobre la tauromaquia, entre otras cosas, dejan perplejos a paseantes y oyentes. Grandes “sementales” taurinos se “aquerencian” en los bancos del paseo y se “amorcillan” utilizando esos “floreos” y “revoleras” dignos de los mejores maestros de la época.
El “brindis” da paso a la colocación de la “taleguilla” y sus bocas comienzan a dar “bufidos” de espanto cuando colocan “banderillas negras” a cualquier ser viviente.
“Bajan la mano” para que la “casta” saque su honor y no se vean obligados a “barbear en tablas” ya que eso les supondría su derrota.
Los “derrotes” y “emplazamientos” son continuos, el fin está cerca. Dan unos “pases por bajo”, se “perfilan” para “entrar a matar” y se lanzan con ahínco… pero los “pinchazos” son incesantes. Al final un “bajonazo” los colma de pitos y gritos. No han “triunfado” en su “ruedo”, la “oreja” sigue formando parte inseparable de la sensatez y la cordura y sus espíritus siguen siendo pobres, muy pobres. Creo, sinceramente, que no van a llegar lejos. ULISES.
lunes, 3 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Que bien, que tome nota ese que habla tanto,porque realmente sabe tanto o acaso sabe el que no sabe, y como no sabe, le hace ver a la gente que sabe, porque yo lo escucho en el banco y no sabe, pero el cree que sabe.
Sabeis lo que sabe, este, comerse la merienda y cagarse en el zurron.
Publicar un comentario